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Van der Poel se impone a Pogacar y a Vingegaard en Boulogne Sur Mer para vestirse de amarillo

  • El neerlandés ha sido el más rápido en el mano a mano final entre los mejores y le quita el liderato a Philipsen
  • Van der Poel se enfunda un maillot amarillo que su abuelo nunca pudo lucir a pesar de sus ocho podios en París
Van der Poel supera a Pogacar y Vingegaard en el sprint de la segunda etapa
Felipe Fernández
Felipe Fernández
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Segunda etapa en el Tour de Francia 2025 y segunda jornada con mucho que contar. Lo más importante, que el neerlandés Mathieu Van der Poel ha sido el más rápido en el mano a mano ante Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard. El corredor del Alpecin se impuso al sprint en Boulogne Sur Mer y arrebata el jersey amarillo a su compañero Philipsen.

En esta ocasión, a pesar de los varios movimientos entre los galgos de los últimos kilómetros, no hay favoritos que lamenten una pérdida de tiempo considerable. El esloveno Pogacar no ha podido ganar, pero sí se ha hecho con el maillot de líder de la montaña, que cubrirá su maillot arco iris al menos durante la tercera etapa.

Resumen de la etapa 2 del Tour de Francia 2025

Otro día marcado por los giros y las rotondas

El segundo día en la Grande Boucle, el de más kilómetros de la 112ª edición (209,1km), estuvo marcado en los primeros compases por la lluvia ligera, que puso más peligroso aún el recorrido. De nuevo la sucesión de rotondas, curvas cerradas y pasos por localidades ha tenido en tensión a todo el pelotón.

La fuga del día la protagonizaron Bruno Armirail (Decathlon-Ag2r La Mondiale), Yevgeni Fedorov (XDS-Astana), Brent van Moer (Lotto) y Andreas Leknessund (Uno-X). Su aventura, trufada de enganchones y sustos, se dio por finalizada a 52 kilómetros para la meta después del primer puerto del día, la Cote de Cavron-Saint-Martin (de algo más un kilómetro al 5,9%).

En la segunda ascensión del día, la Cote du Haut Pichot (1,1 km al 9,4 %), dejaron a las claras los Pogacar, Vingegarrd y Evenepoel que no iban a dejar pasar la oportunidad de mover la carrera y buscar la victoria. Coronó un grupo seleccionado de no más de 40 corredores hasta que se volviera a reagrupar el grueso del pelotón para afrontar la siguiente.

En la Côte de Saint‑Étienne‑au‑Mont (1 km al 9,5 -10,6 %) de 3.ª categoría, que estaba seguida por la Côte d’Outreau (800 m al 8,8 %) sin espacio para coger aire, la selección aún fue más fuerte. Apenas una decena de ciclistas coronaron en cabeza, con un Vingegaard al frente de todos que deja claro su buen momento de forma.

La victoria final no se decidió hasta el remate final de la meta, una ascensión de poco más de un kilómetro al 3,8%.

Pulso entre los elegidos en Boulogne Sur Mer

El Visma de Vingegaard, como ya hiciera el sábado, volvería a derrochar ambición. Con Matteo Jorgenson realizó la selección final que dejó encaminada la victoria al mano a mano entre los tres corredores más mediáticos del mundo en la actualidad. Se quiso colar ahí Julian Alaphilippe, lejos de sus mejores momentos, trató de reverdecer laureles.

Pogacar se soldó a la rueda de Van der Poel, confiaba en poder apuntarse la primera victoria, pero las piernas del nieto de Poulidor hoy servían para reeditar un triunfo en Boulogne Sur Mer para la familia.

"Hace cuatro años que gané la primera etapa en el tour. Quería ya la segunda", aseguró el corredor, que como en su primer triunfo en el Muro de Bretaña en 2021 la victoria de etapa trajo consigo un maillot amarillo que su abuelo, Raymond Poulidor, nunca llegó a enfundarse pese a haber acabado ocho veces sobre el podio de París entre 1962 y 1973.

"Todo el mundo decía que yo era el favorito, pero cuando ves la gente a la que tenía que ganar,... Creo que he hecho un buen trabajo", analizó el nuevo líder.

"Mathieu fue el más fuerte en el sprint final, así que le felicito. Es difícil ganarle en el sprint. Siendo sincero, metí la pata un poco porque me dio un poco de miedo esprintar contra él y esperé demasiado tiempo a su rueda", comentó en meta Tadej Pogacar.

Este lunes se estrena la semana con la tercera etapa entre Valenciennes y Dunkerque, de 178,3 kilómetros. Un recorrido llano propicio para que los sprinters aprovechen la oportunidad. Una única dificultad, la subida a Mont Cassel (4a, 2,3 km al 4,1 %), que no debe alterar los planes para una llegada masiva.