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Un inicio inédito en Italia y mucha montaña con 54 km de desnivel, claves de la Vuelta Ciclista a España 2025

  • De los 3.151 km de recorrido, la ronda española incluye más de 300 en ascenso con 10 finales en alto
  • Vuelta Ciclista a España 2025 en directo, del 23 de agosto al 14 de septiembre en TVE y RTVE Play
Vuelta a España 2025: mapa
Mapa de La Vuelta Ciclista a España 2025, incluyendo el Piamonte de Italia. La Vuelta
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La Vuelta Ciclista a España 2025 dará comienzo este sábado 23 de agosto en el Piamonte italiano por primera vez en su historia. La organización ha elegido un recorrido turístico para los ciclistas, que tengan una oportunidad de disfrutar un paisaje único antes de meterse de lleno en la tortura que les espera: montaña y más montaña. Es lo que caracteriza el recorrido de la ronda española para su 90ª edición.

Resumiendo en tres pasos, inicio inédito en Italia, dos contrarrelojes cortas, no decisivas, pero que pueden marcar diferencias y mucha montaña. Las 21 etapas en 23 días -con dos lunes de descanso- acumulan un total de 3.151 kilómetros entre Turín y Madrid. Entre las etapas hay 15 catalogadas de media montaña o montaña, con diez de ellas acabando en alto.

Sumando los km en subida, sale un número nada desdeñable de entre 300 y 400 km, con un desnivel acumulado de 54 km. Sólo la etapa del Angliru acumula 4.100 metros de desnivel -y el mítico puerto es de 12,5 km de ascenso-, mientras que la etapa de la Bola del Mundo sobresale con 4.226 metros de desnivel y 41 km acumulados de ascenso.

Las 'cronos' son relativamente cortas, 24 km la de Figueres (etapa 5) y 27 km la de Valladolid (18). La primera es por equipos y la segunda individual. No se prevé que sean decisivas para la general, pero pueden marcar diferencias entre los primeros clasificados.

Por tanto, si algo puede ser determinante para la general de La Vuelta 2025 es la montaña y en cómo está distribuida en las tres semanas de competición. El tríptico italiano del inicio de la carrera ya incluye un poco de montaña para ir calentando las piernas, aprovechando la proximidad de los Alpes.

Pero donde de verdad empieza lo serio es en los Pirineos hispano-andorranos, justo después de la contrarreloj por equipos. Etapas 6 y 7 con final en Andorra La Vella y Cerler, respectivamente, un paréntesis con final en Zaragoza y otra etapa con final en Valdezcaray en la novena jornada. Tres días de más de 3.000 metros de desnivel -la de Andorra sube a 4.211- y después un descanso en Pamplona.

La sexta etapa sube a la estación de Pal-Arinsal por el sector Pal, que no se subía desde hacía 15 años. Esta ascensión de 9,6 km al 6,3% de media, aunque en torno al km 6 sube al 9%. Algo más larga, aunque similar en exigencia es la del día siguiente a Cerler, con 12,1 km totales al 5,8% de media, pero que entre los km 9 y 10 llega a rampas del 10%.

La segunda semana, la más dura: el temido L'Angliru

Hasta el siguiente descanso en Pontevedra les espera a los ciclistas tal vez la semana más dura, puesto que no se baja de los 2.000 metros de desnivel en ninguna de las etapas. Incluso la 11 con salida y final en Bilbao tiene uno de 3.185 por la cantidad de 'baches' que acumula en sus 157 km de recorrido. La más 'suave' es la 12 entre Laredo y Los Corrales de Buelna, con sólo dos subidas para animar un recorrido llano.

De esas siete tenemos tres con final en alto, incluyendo la 13 y 14 con las llegadas al Angliru y La Farrapona. Poca tarjeta de presentación necesitan estas dos subidas, que ya están en la mente de los aficionados y a buen seguro poblarán las cunetas esperando ver un gran espectáculo. Antes del descanso en Pontevedra queda un final en bajada en Monforte, pero para que sea en bajada primero hay que subir: 3.287 metros y dos puertos, uno de segunda y otro de primera en A Garganta.

En la etapa 13 no es sólo el Angliru, que ya de por sí intimida, sino los Altos de La Mozqueta y El Cordal para 'abrir boca'. Una vez llegado al 'coloso asturiano', los ciclistas se enfrentarán en sus 12 km a rampas que ya se saben los aficionados de memoria, como Les Cabanes, en el km 7 y de un 22% de pendiente; baja -es un decir- al 21% en Los Picones, para tocar techo en La Cueña les Cabres con el 23,5% y ya hasta el final sin bajar del 20% en tramos como Cobayos, El Aviru y Piedrusines.

La Bola del Mundo, el 'muro' que separa la meta final de Madrid

En la última semana ya sólo quedan dos subidas, pero ese "sólo" es una forma de hablar. En la etapa 17 se sube el Alto del Morredero al final de la etapa, tercera vez que se sube en la historia de la carrera. Los nombres de Roberto Heras (1997) y Alejandro Valverde (2006) deberían ser una pista para que los favoritos calculen su dureza.

Y lo mejor aguarda para el final, teniendo en cuenta que la etapa 21 es una fiesta sin trascendencia para la clasificación general. En la penúltima jornada aguarda la tortura definitiva con los datos que hemos dado anteriormente y cabe decir que se suben cuatro puertos, uno de ellos por partida doble: el Puerto de Navacerrada con sus dos vertientes, por si una sola no fuera suficiente 'machaque', y en la segunda con final en la pista de cemento adyacente que es la Bola del Mundo.

Primero se sube la vertiente segoviana desde La Granja de San Ildefonso por las conocidas curvas de las 'siete revueltas', unos 7 km al 7,6% de media. Posteriormente, una vez descendido por Cercedilla hasta Guadarrama, se subirá la vertiente madrileña durante 12 km al 8% de media, pero que en la extensión de la Bola del Mundo, de apenas 4 km, no se baja del 10% y en algunos tramos llega al 15% o 18%, con un 'muro' de 100 metros cercano al 20%; y todo sobre pista de hormigón, a lo que se debe añadir el viento por la altitud y el espacio abierto.

El que corone ese 'coloso' vestido de rojo podrá ver la meta de Madrid desde el podio a 2.251 metros de altitud antes de cruzarla el domingo 14 de septiembre, al día siguiente.